segunda-feira, 31 de janeiro de 2011

CONVITE


O XIII ENCONTRO DE PRESIDENTES, ENCARREGADOS DA FORMAÇÃO OCDS - PROVÍNCIA SÃO JOSÉ

será realizado no

I CICLA - SUL DA OCDS

Queridos hermanos del Carmelo Seglar, Es con gran alegría que la provincia de San José OCDS invita a las comunidades del Carmelo seglar Brasil y América Latina a participar em XIII ENCUENTRO DE PRESIDENTES, ENCAREGADOS DE LA FORMACION OCDS - PROVÍNCIA SÃO JOSÉ se llevará a cabo en La I CICLA - SUR DE LA OCDS (Conferencia Interprovincial de los Carmelitas de América Latina) que abarca las provincias de la(s) OCDS (Orden Seglar de los Carmelitas Descalzos) Brasil, Argentina, Paraguay, Uruguay, Chile y Bolivia.

De 28.04 a 01.05.2011 en la ciudad de Aparecida-SP – BRASIL En la ciudad de Aparecida-SP-Brasil. la siguiente dirección:

Seminário Redentorista Santo Afonso

Rua Padre. Claro Monteiro, 152 - Centro - Aparecida SP - CEP 12570-000

Tel. (12)3105224


El Valor deste encuentro para los participantes del Brasil é de US$197,(DOLARES)

Para mejorarl a cualidad y la eficácia de nuestros servicios, pedimos por favor, que hagan El pagamiento en lo dia Del encuentro.

contacto:

Ana Maria e Paulinho

anagambis@gmail.com

jpscarabelli@yahoo.com.br

Telefone móvel:

Paulinho- (33) 8421 4164

Ana Maria-( 33) 8433 0932

Telefone Fixo- (33) 3321 3549

Mais informações no blog

http://ciclasulocds.blogspot.com/

email.:

ciclasulocds@gmail.com



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O XIII ENCONTRO DE PRESIDENTES, ENCARREGADOS DA FORMAÇÃO OCDS - PROVÍNCIA SÃO JOSÉ

será realizado no

I CICLA - SUL DA OCDS

“Assim, filh@s, procurai conhecer a Deus de verdade;” (C.41,8)

Queridos Irmãos do Carmelo Secular,

É com grande alegria que A Província São José, OCDS convida As Comunidades Do Carmelo secular de Brasil e America Latina para participem do I CICLA - SUR DA OCDS, que ocorrerá no O XIII ENCONTRO DE PRESIDENTES, ENCARREGADOS DA FORMAÇÃO OCDS da PROVÍNCIA SÃO JOSÉ. Esse encontro será nos dias 28, 29, 30 de abri e 1 de maio de 2010, Na Cidade de Aparecida- SP- Brasil. no endereço abaixo:

CIDADE DE APARECIDA

Seminário Redentorista Santo Afonso

Rua Padre. Claro Monteiro, 152 - Centro - Aparecida SP - CEP 12570-000

Tel. (12)31052245

Teremos 3 vagas por comunidades e 2 por grupo.

*E só serão inscritos através do presidente da Comunidade /Grupo quem for Presidente/ Formador e Conselheiro das mesmas.

As Inscrições terão inicio a partir do dia 05/02 até 31/03 com contatos abaixo:

Izabel Sales- salles.izabel@gmail.com

Telefone: (31)33752839 -

Telefone móvel: (31) 96554160

Carmelita- carmelita_ocds@yahoo.com.br

Telefone 12-31223346 / 12-31223613

O Valor deste encontro para os participantes do Brasil é de R$ 330,00 .

Obs. Para melhor qualidade e eficiência dos nossos serviços, pedimos por gentileza fazerem o pagamento das duas parcelas, via depósito bancário.

Depósitos deverão ser feito na seguinte conta:

Associação Das Comunidades Da Ordem Dos Carmelitas Descalços Seculares

Agencia: 7364

Conta Corrente 00039-3

Banco Itaú.

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Só Deus basta

segunda-feira, 3 de janeiro de 2011

Guión para la lectura del Camino de Perfección


“Fue de suerte esta relación, que todos los letrados que la han visto (que eran sus confesores) decían que era de gran provecho para aviso de cosas espirituales, y mandáronla que la trasladase e hiciese otro librillo para sus hijas (que era priora) adonde les diese algunos avisos” (R 4,6; CC 53,8). Así explicaba la misma S. Teresa años más tarde, una de las consecuencias más inmediatas e importantes del libro de la Vida: el de Camino de Perfección. Los mismos censores que recomendaron no publicar aquél, la animaron a su vez a elaborar éste.

Y ella asumió en conciencia esa tarea de escritora y maestra espiritual, pero sobre todo en esta ocasión de priora-fundadora, que pone los cimientos de la obra que Dios le ha encomendado, y nos ofrece así un auténtico manual de vida teresiana. De ahí que la santa abunde en la fundamentación de ciertos aspectos de la vida orante muy criticados especialmente cuando se trataba de mujeres, y lo haga incluso de manera irónica y desafiante a veces; pues no estaba en juego sólo la defensa de la oración, sino la del mismo Carmelo naciente.

Por tanto el siguiente peldaño en el camino del Centenario no puede ser más oportuno: manual de vida y oración teresiana y, además, obra pedagógica y estructuralmente muy clara y sugerente. En las siguientes páginas se ofrecen unas sencillas claves de lectura y celebración,
ordenadas en ocho bloques:

I) Cap. 1-3: Finalidad de la oración y de la vida contemplativa.

II) Cap. 4-9: Requisitos: virtudes grandes I: amor y desasimiento

III) Cap. 10-18: Requisitos: virtudes grandes II: humildad.

IV) Cap. 19-25: Actitudes y convicciones fundamentales.

V) Cap. 26-29: Oración de recogimiento.

VI) Cap. 30-35: Oración de quietud y de unión.

VII) Cap. 36-39: La gran señal de discernimiento: el perdón.

Y la gran tentación: creencia en falsas virtudes.

VIII) Cap. 40-42: Frutos: amor y temor de Dios

y ansias de vida eterna

I) Cap. 1-3:

“En este castillito que hay ya de buenos cristianos…” (3,1-2)

Escogemos este texto como representativo de la universalidad del mensaje teresiano. La Iglesia es un castillo, una ciudad amurallada, una fortaleza. En ella está el Rey y ‘gente escogida’, los ‘buenos cristianos’ de todas las vocaciones y de todo el mundo. Soldados y capitanes que luchan por Dios y su Evangelio, dispuestos “a morir sí, mas no a quedar vencidos” (3,1).

A. CONTEXTO
1. Histórico-eclesial: noticias de Francia, males de Europa, guerras de religión (cf. 1,2.5; 3,1.8; 35,3). 2. Marco textual. Ideal apostólico-eclesial de la comunidad teresiana: orantes por la Iglesia. Los consejos evangélicos y la pobreza como opción radical del grupo.
B. CLAVES DE LECTURA para el texto elegido:
1. Sensibilidad ante los males de su tiempo y compromiso con la Iglesia y el mundo: “Mil vidas para remedio de un alma” (1,2.4; 3,6.9).
2. De la comunidad contemplativa a la comunidad eclesial: Camino
como manual para las comunidades cristianas: “gente escogida”
(3,1), “buenos cristianos” (3,2).
3. Fidelidad a los consejos evangélicos en la propia opción vocacional:
“Procuremos ser tales que valgan nuestras oraciones” (3,2).
4. Valor apostólico y eclesial de la oración: “Y si en esto podemosalgo con Dios, estando encerradas peleamos por Él” (3,5).

C. CELEBRACIÓN: Momento orante teniendo como texto guía la oración de Teresa en CV 3,8-10 y poesía: “Ya no durmáis”. Textos para guiar una Celebración penitencial: * “Determiné a hacer eso poquito que era en mí” (1,2). * “Los bienes que hay en la santa pobreza” (2,5-6). * “Siempre os informad de lo que es más perfecto” (3,6). “Cuando os pidiéremos honras no nos oigáis, o rentas, o dineros, o cosa que sepa a mundo” (3,7). 2


Conclusión

“Ahora mirad, hermanas, cómo el Señor me ha quitado de trabajo enseñando a vosotras y a mí el camino que comencé a deciros, dándome a entender lo mucho que pedimos cuando decimos esta oración evangelical [el Padrenuestro]. Sea bendito por siempre, que es cierto que jamás vino a mi pensamiento que había tan grandes secretos en ella, que ya habéis visto encierra en sí todo el camino espiritual, desde el principio hasta engolfar Dios el alma y darla abundosamente a beber de la fuente de agua viva que dije estaba al fin del camino. Parece nos ha querido el Señor dar a entender, hermanas, la gran consolación que está aquí encerrada” (42,5).

Desde hace cuatro siglos y medio, contamos con esta entrañable fuente de consuelo, sabiduría e intimidad divina, que es Camino de Perfección. Actualmente contamos también con formas de ahondar en ella, como las que se han apuntado en los apartados C y que están extraídas del primer guión que se facilitó el curso pasado. Las enumeramos de nuevo, aunque allí además se explicaban:
1) Momento orante.
2) Compartir, mesa redonda.
3) Jornadas de retiro.
4) Catequesis.
5) Celebración penitencial o examen de conciencia personal.
6) Interpelación desde fuera (ejemplo en página 9).
7) Desafío, compromiso.
8) Expresión cultural1.

Otra ayuda fundamentalísima: T. ÁLVAREZ, Paso a paso. Leyendo a
Teresa con su Camino de Perfección; o también en: Comentarios a
Vida, Camino y Moradas de S. Teresa, Editorial Monte Carmelo.

1 Buscar en el contexto cultural, incluso profano, en que nos encontramos un hecho de vida, una canción, una película, una noticia… que se asemeje, que coincida o que contraste en algún aspecto con el texto teresiano. Por otro lado, que la comunidad busque convertir el texto en cultura, en palabra de hoy con un lenguaje asequible a los buscadores de ahora: “mientras más santas, más conversables (…) Que es lo que mucho hemos de procurar: ser afables y agradar y contentar a las personas que tratamos, en especial a nuestras hermanas” (41,7).

II) Cap. 4-9: “¡Oh precioso amor, que va imitando al capitán del amor, Jesús, nuestro bien!” (6,9)

Contemplando al “buen amador Jesús” (7,4), y tendiendo al ideal del amor perfecto-espiritual, aspiramos a ser “almas generosas, almas reales” (6,4), y a la bienaventuranza de la amistad: “¡Oh dichosas almas… amadas de los tales!” (CE 11,4).

A. CONTEXTO: Las virtudes grandes (cap. 4-18) presentadas como programa ascético, cimiento evangélico y criterio de verificación del orante y su comunidad (4,3-4).

B. CLAVES DE LECTURA para el texto elegido:
1. Mandamiento: “amaros mucho unas a otras” (4,5); “todas han de ser amigas, todas se han de amar, todas se han de querer, todas se han de ayudar” (4,7).
2. Urgencia: “No consintamos… que sea esclava de nadie nuestra voluntad, sino del que la compró por su sangre” (4,8).
3. Discernimiento: “cómo ha de ser este amarse y qué cosa es amor virtuoso” (4,11-13).
4. Horizonte: “qué apasionado amor es éste… amor sin poco ni mucho de interés propio. Todo lo que desea y quiere es ver rica aquella alma de bienes del cielo” (7,1).

C. CELEBRACIÓN: Catequesis: a partir de un elenco de cualidades del buen amor (4,10-13; cap. 6-7). Contraposición entre amor sensual y amor espiritual; amor generoso y amor egoísta. Mesa redonda: debate a partir de un hecho, testimonio, realidad comunitaria, película o expresión cultural actual que se pueda contrastar con la experiencia teresiana. Se pueden utilizar las mismas objeciones-respuestas que ofrece Teresa (6,5-7). Vigilia de oración: “Determinadamente se abrace el alma con el buen Jesús, Señor nuestro, que como allí lo halla todo, lo olvida todo” (9,5). “Darnos todas al Todo sin hacernos partes” (8,1). Desplegar los matices de estos textos abarcando las dos virtudes: desasimiento como exigencia y consecuencia del amor. 10


III) Cap. 10-18

“Miren que la verdadera humildad está mucho en estar prontos en contentarse en lo que el Señor quisiere hacer de ellos” (17,6) Entreguémonos del todo a Dios, que sus dones son absolutamente gratuitos, sin condición y acepción de personas; su amor nos precede siempre.

A. CONTEXTO: Va entrando en el tema de la oración y es la humildad el ejercicio principal (17,1)
B. CLAVES DE LECTURA:
1. No entremos en comparaciones: “algunas veces querrá Dios a personas que están en mal estado…” (16, 6) y “cada una mire en sí…” (12, 6)

2. Y sobre todo no apartar los ojos de Cristo: “¡Oh Señor! Que todo el daño nos viene de no tener puestos los ojos en Vos…” (16, 11) conscientes que Él es el verdadero Amador y quién hace posible nuestro amar: “Mirad que es hermoso trueco dar nuestro amor por el suyo…” (16, 10).

3. Teresa sabe muy bien que amor sin humildad no se encuentra: “…porque no puedo yo entender…” (16,2)

C. CELEBRACIÓN: Iniciemos el acto penitencial reconociendo donde nos ‘duele’ la humildad: “Pues tocar un puntito de ser menos, no se sufre…” (16, 11) y Oremos confiadamente y con actitud de disponibilidad pidiendo: “No me desampares Señor, porque en Ti espero…” Exclamación XVII, 6.

4 -VIII) Cap. 40-42: Amor y temor de Dios.
Amén: ser librados de todo mal para siempre.
En vista de las dificultades recién tratadas, ¿cómo asegurarse en este camino? Gracias al remedio que Él mismo nos dio: amor, que nos hace apresurar los pasos, y temor, que ayuda a evitar los tropiezos.

A. CONTEXTO: Pero, ¿es posible asegurarse? 1. Teológico (cf. 40,1; 42,2): “nadie es capaz de saber con certeza de fe no sujeta a error si ha alcanzado la gracia de Dios” (Conc. de Trento). 2. Espiritual:
“los engaños que hace el demonio a los contemplativos” (40,4; 41,2). 3. Eclesial: además “pondrá el demonio mil temores falsos y hará que otros os los pongan” (40,5; 41,8).

B. CLAVES de lectura y de respuestas a cada duda del apartado “A”: 1. El verdadero amor no se puede encubrir: conlleva señales patentes (40,3.7). “Plega a Su Majestad nos le dé antes que nos saque de esta vida, porque será gran cosa a la hora de la muerte ver que vamos ser juzgados de quien habemos amado sobre todas las cosas” (40,8).

2. El temor santo, tampoco: conlleva humildad, deseo de la verdad (formación) y de acompañamiento espiritual (40,4); “no harán de advertencia un pecado venial; los mortales temen como al fuego (…) determinación de no ofender al Señor (…) apartarnos de todas las
ocasiones y compañías que no nos ayuden a llegarnos más a Dios. Tener gran cuenta con todo lo que hacemos, para doblar en ello nuestra voluntad” (41,1-4). “¡Cuán diferentemente se inclina nuestra voluntad a lo que es voluntad de Dios!” (42,4). 3. ¡Pero cuidado con los temores falsos y excesivos!: “no dejéis que se os encoja el ánima y el ánimo, que se podrán perder muchos bienes (41,4-8). 4. Así que oración constante: “ser librados de todo mal para siempre” (42,2; 40,4).

C. CELEBRACIÓN: Oración con CV 42,2-4. Interpelación desde fuera con 41,4-8: preguntar a alguna/s persona/s de confianza si nos ven así. Mesa redonda: ¿Es este mi sentir y mi voluntad?


VII) Cap. 36-39: La gran señal de discernimiento: el perdón. Y la gran tentación: creencia en falsas virtudes.
Tras el vínculo de la oración con la Eucaristía y la voluntad de Dios, ahora se tratan temas ‘menos elevados’, pero también fundamentales.

A. CONTEXTO: 1. Social y eclesial: “la honra” como costumbre que alimenta e impone el orgullo de linaje (casta), estatus, oficios (36,4-6), méritos y apariencias (38,5-9), en vez de las actitudes contrarias y evangélicas: perdón y humildad. 2. Intuición antropológica: no es sólo un problema social, sino una tendencia humana de la que Teresa tiene bastante experiencia y tristes recuerdos (36,3.5; 38,6).

B. CLAVES DE LECTURA: 1. Ver: “Cosa espantosa es qué al revés anda el mundo (…) Mas mirad, hermanas, que no nos tiene olvidadas el demonio; también inventa sus honras en los monasterios” (36,3-4). 2. Juzgar: “Es el caso que como somos inclinadas a subir (aunque no
subiremos por aquí al cielo), no ha de haber bajar. ¡Oh Señor, Señor! ¿Sois Vos nuestro dechado y maestro? Sí, por cierto. ¿Pues en qué estuvo vuestra honra, honrador nuestro? ¿No la perdisteis, por cierto, en ser humillado hasta la muerte? No, Señor, sino que la ganasteis para todos” (36,5). 3. Actuar: a) Disposición a perdonar las injurias, aunque sea con pena y esfuerzo en el caso de los principiantes (36,11-12; 37,3; 38,8; cf. “perfectos”: 36,8-10). b) Frente a la tentación de “creer que tenemos virtudes no las teniendo” (38,5), humildad: “oración y suplicar al Padre eterno que no permita que andemos en tentación” (38,5; 37,5; 39,6); conciencia de que las virtudes son
dones y pueden sernos quitados (38,6-7); aprovechar las ocasiones para ejercitar las virtudes y, por supuesto, no presumir de las que se cree tener (38,8-9); y cuidar siempre el propio conocimiento y el acompañamiento espiritual (39,4-5). c) No obstante, cuidado con la falsas humildades y sus excesos y pusilanimidades (39,1-3).

C. CELEBRACIÓN: Oración con CV 37,3-5. Penitencial: cf. supra B.3. Actuar. Mesa redonda: ¿esto hoy y en nuestros contextos?

IV) Cap. 19-25

“No hayáis miedo os deje morir de sed el Señor que os llama a que bebamos de esta fuente” (23, 5) Animosa recomendación para determinarnos a seguir la llamada del Señor a encontrarnos con Él, “…no os quedéis en el camino, sino pelead como fuertes, pues no estáis aquí a otra cosa…” (20, 2)

A. CONTEXTO: Teresa quiere que nos determinemos (23, 1) y sabe por experiencia “la amistad y regalo que trata a los que van por este camino…” (23, 5) B. CLAVES DE LECTURA:
1. Cómo comenzar (21, 2) yendo sin miedo (21, 5) y sin dudar (19, 14-15)
2. Tomar conciencia de con Quién estamos y para qué: “…con quién habláis y quién sois vos…” (22, 1) “…conocer algo de quién es este Señor…” (22, 6) “…que entendamos con quién estamos casadas, qué vida hemos de tener…” (22, 7)
3. No nos tornemos atrás (22, 2-3-5)
4. De ahí se sigue cómo debe ser el trato con los demás: “Por eso todas las personas que os trataren, hijas…” (20,3-4)
C. CELEBRACIÓN: Podemos recordar y agradecer quién nos ha
iniciado en el camino de oración (24, 3-4-5) y compartir qué es loque más nos ayuda para llegarnos a Él.



V) Cap. 26-29: Oración de recogimiento.

“ponerse en soledad y mirarle dentro de sí” (28,2). Este texto nos presenta su modo de recogimiento, el cual consiste en representar a Cristo dentro, mirarle y hablar con él (nn.1-8).

A. CONTEXTO LITERARIO: En el tercer apartado aborda el tema pedido por las monjas: la oración naturaleza, desarrollo y exigencias (cc. 26-35). Presenta los grados de oración con una “consideración” del Padrenuestro (21,4), en sus fases de recogimiento (cc. 26-29) [27: Padre nuestro] [28: que estás en el cielo] de quietud (cc. 30-31) [30: santificado…, venga en nosotros…] y oración de unión (cc. 32-35) [32 hágase tu voluntad…]. La comunión eucarística, ejercicio de oración de unión (cc. 33-35) [33: danos hoy nuestro pan de cada día].
B. CLAVES DE LECTURA para el texto elegido: El recogimiento activo sobre nuestras potencias interiores (memoria entendimiento y voluntad), para centrarlas en la persona de Jesús Maestro
y Esposo (29,4). Recogiendo nuestra mirada en Jesús dentro de nosotros (26,8) y reconociendo su presencia, su mirada sobre nosotros, sus sentimientos, la paciencia con que nos sufre.
La clave del símil de nuestra alma como edificio que ayuda a ejercitar la imaginación y con ello recogernos, como alternativa al recogimiento con base en el ejercicio del razonamiento propio de la oración de meditación (28,9-11).

C. CELEBRACIÓN:
Catequesis reflexionar sobre las dificultades para recogerse que vienen de nuestra cultura contemporánea. Momento orante, ejercitar el recogimiento con ayuda de música, imágenes, técnicas de relajación guiadas. Detenerse especialmente en el reconocimiento de las formas
de presencia de Jesús dentro de nosotros, (26,6) viendo a Jesús y acogiendo su enseñanza (28,4). Momento de examen de conciencia, con base en los bienes que nos vienen de tener a Dios por Padre y en las implicaciones que tiene para nosotros el ser sus hijos (27,2).

VI) Cap. 30-35: Oración de quietud y unión.

“Está tan contenta de sólo verse cabe la fuente, que aun sin beber está ya harta.” (31,3). Con estas palabras inicia a describir bellamente lo que es la oración de quietud en lo que tiene de don sobrenatural de sosiego en la voluntad, memoria y entendimiento.

A. CONTEXTO LITERARIO:
Ha hablado de la oración de recogimiento activo, como preparación para la oración de quietud (cc. 30-31) y de unión (cc. 32-35). La comunión eucarística es alimento de la unión de nuestra voluntad con la de Dios cc. 33-35.
B. CLAVES DE LECTURA para el texto elegido:
Teresa analiza la oración de quietud y de unión tomando como clave de lectura el grado de inmersión de las potencias de voluntad, memoria y entendimiento en Dios. Si bien en la oración de quietud es la voluntad la que padece más la acción de Dios (su ternura, inspiraciones y luz), en cambio en la oración de unión son las tres (31,10). Otra clave de análisis es la atención a los efectos que dejan en el orante los dos tipos de oración.
C. CELEBRACIÓN: Ejercitar los avisos Teresianos para orar con consideración (30,1): con el reconocimiento de que Dios está cerca (31,2): con el servicio (31,5): con humildad sin la pretensiones de regalos (31,6): con el afecto de la voluntad en Dios y dejando en libertad
al entendimiento (31,8-9): con entrega de la voluntad a Dios (31,12), basando esa entrega en el don previo del reino que Jesús nosha dado (32,4), y con determinación de sufrir por Él (32,7), ejercitado con obras (32,12). Una entrega de la voluntad en Dios con esos rasgos es la contemplación perfecta que le habían pedido compartir (32,9). Ejercitar las pistas teresianas para el momento de la comunión: escucharle como a maestro, besarle, negociar con Él y suplicarse se quede con nosotros (34,10), para que se imprima su amor en nosotros (35,1) y orar al Padre por la iglesia (35,5)



Guia doutrinal do Caminho de Perfeição

1. Motivação inicial

Caminho de perfeição é algo assim como uma “viagem interior à plenitude”. O ser humano tem que amadurecer, tem que aprender a ser pessoa. E como pessoas, em sentido metafórico, somos “recipientes”, que podemos nos sentir tão cheios como vazios. “Plenitude” vem de “pleno”, que etimologicamente é o mesmo que “cheio”. Pois bem, a própria oração teresiana (meditação consciente, oração centrante e oração contemplativa, assim aparece estruturada nesta obra de Teresa) está exposta como um caminho para a “plenitude” do humano. Uma viagem para encher-nos de Deus, ou melhor dito, para deixar que Deus nos encha de seu amor e sua verdade. “Não nos imaginemos ‘ocas’ no interior” (C 28, 10), Teresa recorda à suas companheiras carmelitas nessa sua linguagem tão direta e tão expressiva. E hoje recorda a nós.

Um dos grandes encantos e dos atrativos mais poderosos de Caminho de Perfeição, e sem dúvida, um dos traços mais peculiares do estilo e linguagem teresianos, é essa assombrosa capacidade para escrever dialogando com todo o mundo. Teresa escreve, e ao mesmo tempo, dá a impressão de que está falando com todos nós: com suas primeiras destinatárias (suas irmãs carmelitas), com seu confessor, com o censor, com Deus, com o leitor de todos os tempos..., contigo, comigo. Esse cortar o fio do discurso para dirigir-se a Deus (‘destapando-se’ espiritualmente diante do leitor), define também outro dos traços mais fascinantes do estilo orante desta mulher tão apaixonada.

Teresa toma a palavra para falar de Deus, falando de si mesma, dizia C. Kaufmann. E o faz sempre com uma linguagem autoimplicativa, de caráter existencial, que marca toda uma maneira de viver. E assim, por meio do livro do Caminho, e apelando à suas primeiras destinatárias, suas monjas, lhes diz: “Este é o vosso trato e linguagem; quem quiser tratar convosco deve aprendê-lo” (C 20, 4). Nova “linguagem”, pois, porém também novo “trato”, nova forma de entender as relações humanas e a mesma relação com Deus. Que Deus é novo cada momento, parece ser outra consigna teresiana. Aventurar-se a ler Caminho supõe entrar em permanente diálogo com esse Deus, eterna novidade. Porém, que ao mesmo tempo é o mais próximo a nós mesmos, o mais íntimo, o mais familiar.

2. A obra e seu gênero

Teresa escreveu duas vezes esta obra. O autógrafo da primeira redação, mais espontânea e coloquial, mais informal e menos estruturada, se conserva no Real Mosteiro de El Escorial (Madri); a segunda redação, que perdeu em frescor, porém ganhou em clareza doutrinal (ao menos isso se costuma dizer), se conserva no convento das irmãs carmelitas descalças de Valladolid. Os 73 capítulos da primeira redação ficaram reduzidos a 42 na segunda.

Há alguns anos, Frei Tomás Álvarez propôs o ano de 1566 como data mais provável para sua composição, apoiando-se em dados de crítica interna do mesmo livro. Teresa escreve a obra sendo priora do convento de São José de Ávila; tendo as carmelitas dali e daquele tempo, como as primeiras destinatárias; o faz depois de escrever Vida, e sendo P. Bañez seu confessor e censor. Tudo faz pensar, além do mais, na continuidade das duas redações da obra dentro do mesmo ano de 1566: em janeiro ou fevereiro a primeira redação; pelo verão ou princípios do outono a segunda.

“Este livro trata de avisos e conselhos...”, parece ser o título mais antigo. A Santa não pôs, pois, título; simplesmente falava de “Avisos e conselhos”. Também se referiu a ele com o nome de O librillo e o Paternóster. No verso da primeira folha do código de Valladolid, aparece o título que se tornará famoso, com grafia de duvidosa autenticidade teresiana: “Caminho de Perfeição”, título que a Santa conheceu e aprovou nas cópias por ela revisadas.

Pelo que se refere ao gênero literário de Caminho, essencialmente, poderíamos afirmar o seguinte: em sua primeira redação (a do Escorial), nos dá a impressão de que a autora não estava escrevendo um livro de espiritualidade, mas uma longa carta ( ao modo de gênero epistolar) à suas irmãs e filhas, as carmelitas de São José, síntese de suas conversas entre bromas e verdades, entre recreações e capítulos conventuais, como as antigas colações dos Padres do Deserto (D. de Pablo Maroto). Comunicação verbal da mãe com as filhas, entre a Fundadora e suas discípulas. Na segunda redação, a que temos como referência agora, o tratadístico ou doutrinal ou didático está muito mais perfilado, ainda que perca um pouco deste frescor teresiano e esse caráter conversacional dominante na primeira redação.

3. Chaves e estrutura geral

Na linha do que chamaremos o humanismo evangélico teresiano e os assim chamados fundamentos da vida interior (ou oração), cremos que na seguinte citação está uma das chaves hermenêuticas do Caminho de Perfeição:

“Algumas coisas que são necessárias ter as que pretendem levar caminho de oração [...] A primeira é o amor de umas para com as outras; a segunda, o desapego de todo o criado; a terceira, a verdadeira humildade – que, embora tratada por último, é a principal, abraçando a todas.”( C 4, 4).

E é que, a ressalva feita do nuclear do tema da oração, realidade que salpica toda a obra de Caminho, o que Teresa pretende é traçar o esboço de um novo “estilo de irmandade e recreação” (F 13, 5). O que não impede que a oração seja o tema estrela, entendida sempre em sua dupla dimensão de “presença” e de “relação”. Neste sentido, se pode afirmar que humanismo e vida interior profunda, são os dois eixos em torno aos quais Teresa faz girar sua obra. Estamos diante de um novo estilo de vida evangélica que desemboca na oração contemplativa. E uma oração contemplativa que potencia todo o evangélico, todo o humano verdadeiro da vida humana.

Com relação à estrutura geral da obra e os temas configuradores do Caminho, essencialmente poderíamos afirmar o que segue (M. Herráiz); os primeiros capítulos versam sobre a finalidade da reforma teresiana, desde o capítulo quarto a autora se adentra no tema da ética da comunidade cristã (amor, liberdade, humildade), e a partir do capítulo dezesseis se centra na oração e suas variantes (com um longo comentário sobre o Pai Nosso desde o capítulo vinte sete, mesclando em todo caso com o tema estrela da oração). O obsessivo tema da honra e a palpitante questão da mulher[1], serão outros temas presentes, e que não convém desprezar.

4. Partes e conteúdo

Uma primeira visão de conjunto, estruturada por capítulos, poderia ser a seguinte: finalidade da reforma teresiana (caps. 1-3); a necessidade de uma ética comunitária para tornar uma comunidade orante (caps. 4-15): amor fraterno, desapego e humildade; oração ativa e contemplativa (caps. 16-18); oração vocal, mental, recolhimento, quietude, união [natureza da oração e suas exigências] (caps. 19-32). A partir do cap. 27, comentário ao Pai Nosso. A devoção ao Santíssimo Sacramento (33-35: Eucaristia). Resto dos capítulos: honra, oração, tentações diversas..., o que poderíamos chamar efeitos da contemplação.

A. O humanismo evangélico teresiano

O encontro de Teresa com Cristo, sua experiência cristológica, vai decidir também sua experiência do humano, do humano verdadeiro. A plenitude do humano, ser a pessoa mesma, Teresa descobre junto a Jesus dos Evangelhos. Essa é sua melhor escola de humanidade e de humanismo. A mesma escola a que hoje também nós temos que voltar uma e outra vez.

Os chamados pressupostos da oração, ou seus fundamentos, ou sua pedagogia oracional (a propedêutica, o prévio necessário), constituem o nuclear do humanismo evangélico teresiano, que se pode rastrear nos capítulos 4 ao 15 do Caminho. E aqui, as três palavras mágicas são: amor, desapego (liberdade) e humildade, que como diz Teresa, “parece-me que andam sempre juntas” (C 10, 3). “Antes que diga do interior, que é a oração, direi algumas coisas que são necessárias ter as que pretendem levar caminho de oração, e tão necessárias que, sem ser muito contemplativas, poderão estar muito adiante no serviço do Senhor” (C 4, 3).

Junto à tríade amor, liberdade, humildade, importa chamar a atenção sobre a audácia e determinação teresianas: “Oração e vida regalada são incompatíveis” (C 4, 2). E é que no conforto (assim devemos traduzir hoje o ‘regalo’ teresiano) nunca há crescimento. Daí a importância de ir mais além de uma “cultura do sofá”, de não acomodar-se, de desinstalar-se. Tudo o que é mais valioso na vida, exige um esforço encaminhado sempre ao crescimento pessoal. Ao menos isso parece indicar a conhecida expressão da Santa: a determinada determinação. Como disse T. Alvarez, estamos diante do “slogan da ascese teresiana”.

A “determinada determinação” é, além do mais, uma atitude global, que define ao orante de uma maneira existencial e vital. Em sentido metafórico, remete à luta, ao combate, à peleja: “pelejai”, “não viestes aqui senão para pelejar” (C 20, 2). A “determinação” teresiana não é uma mera atividade puramente pontual, nem se pode reduzir a um momento de oração em um canto da capela e com vela acesa. Trata-se melhor de uma atitude existencial, que empapa a vida toda.

B. Dimensão orante e vida interior

Nesta nova seção (desde o cap. 16) nossa autora volta seu olhar sobre o nuclear da oração, contemplada em suas diferentes variantes e recorridos, e também suas limitações... Aparecem os primeiros passos para a oração contemplativa, para continuar depois com a oração em chave de meditação (meditação “consciente”), a oração centrante (de “recolhimento”, dirá Teresa), a oração contemplativa em si e, finalmente, as relações entre oração e presença.

“No caminho para a contemplação”: este poderia ser o título do tema que Teresa vai desenvolver fundamentalmente nos capítulos 16-19. Aparece agora também a relação entre atividade e contemplação. Vamo-nos encontrar, além do mais, com um primeiro esboço da contemplação em perspectiva teresiana.

Nos capítulos 22-25 do Caminho, Teresa se centra no tema da meditação, prestando especial atenção à oração vocal e mental. Diante dos que desprezam então o valor da oração vocal, Teresa busca infatigavelmente mostrar a identidade entre ambos tipos de oração. Colocará a dignidade da oração vocal de manifesto no comentário que levará a cabo do Pai Nosso, para ela, síntese dos graus de oração (CE 73, 3), e trampolim para a oração contemplativa, que sempre permanece como um dom. E porque toda oração vocal autêntica termina em oração mental, ou seja, em autêntica meditação: “Se falando, entendo perfeitamente e percebo que falo com Deus... junto está oração mental e vocal” (C 22,1; 22,3).

Teresa se levanta contra uma mera recitação mecânica de fórmulas na oração, seja qual seja, pois junto aos lábios, deve-se abrir o coração e a vida toda. Para ela a oração autêntica é um diálogo de amizade, o que implica necessariamente atenção ao nosso interlocutor (C22, 1; 24, 2). Não basta com um mero cumprir externo e vazio, nem com uma mera recitação formal. Estamos diante de um lance decidido, pelo que vamos chamar “meditação consciente’ (seja vocal ou mental).

Nos capítulos 26 ao 29 (no cap. 27 começa o comentário do Pai Nosso) de Caminho, Teresa fala da assim chamada oração de “recolhimento”, que nós vamos traduzir por “oração centrante”, atualizando um pouco sua velha terminologia. A atenção a “Cristo”, atenção pessoal e relacional, por uma parte, e “entrar na” pessoa mesma, abstração em si mesmo, por outra parte, definem a estrutura dessa seção. Digamos que por uma parte aparece a dimensão psicológica dos sentidos; e por outra parte aparece a dimensão cristológica (focalizar a atenção em Cristo). Num caso e no outro se remete ao profundo, além de onde começa a intuir-se a verdade da vida: “o íntimo da alma, o mais fundo e íntimo, no mais íntimo da alma”, etc.

Nos capítulos seguintes, Teresa entra na assim chamada oração de quietude e a oração de união, que vem identificar-se, em termos gerais, com a oração contemplativa ou “mística” (não convém distrair-se com velhos nominalismos).

Teresa define a dita experiência orante com as seguintes palavras:

“Porque aqui, a alma se põe em paz, ou o Senhor a põe em Sua presença, melhor dizendo... já que todas as faculdades se sossegam. A alma compreende, de uma maneira muito longe do alcance dos sentidos exteriores, que já está junto do Seu Deus e que, com mais um pouquinho, chegará a formar uma única coisa com Ele por meio da união”. (C 31, 2)

A contemplação sempre é um presente, um dom, ou como diz Teresa, é “coisa sobrenatural” e que não a podemos procurar por diligências que façamos” (C 31, 2). O de “sobrenatural” não remete a experiências raras ou extraordinárias, remete à graça, ao gratuito e, no fundo, remete ao humano autêntico. Teresa insiste (agora através de uma imagem) na gratuidade da dita experiência, e em que não depende nunca de nosso esforço: “isso é uma bobagem, pois assim como não podemos fazer amanhecer, tão pouco podemos impedir que anoiteça; já não se trata de obra nossa, pois é sobrenatural, algo que está bem fora de nosso alcance”.

Para terminar esta parte, não queríamos deixar de assinalar um aspecto chave, que é o da relação entre a oração e presença. O difícil sempre em Teresa (tão ampla e diversa, sempre tão desbordante) é encontrar um fio condutor para contar e explicar sua experiência de Deus: esse fio poderia ser a experiência da “presença” divina. Porém, de que falamos quando falamos de “presença” em Teresa? Estamos diante de um conceito que nasce do contato com a vida: a relação, o encontro, a comunicação interpessoal, que se faz experiência, diálogo vivo, entrega mútua... Presença é consciência de que algo/Alguém está conosco.

Em umas simples palavras de Caminho, está condensado o método da oração teresiana: “Procurai logo [imediatamente], filhas, pois estais sós, ter companhia, e que melhor companhia que a do próprio Mestre?” (C 26, 1); “Representai o próprio Senhor junto de vós...” (C 26, 1). “Junto andemos, Senhor...” (C 26,6). Essa poderosa sensação de “presença” é o verdadeiro estimulo da experiência mística teresiana.

E não nos esqueçamos do comentário ao Pai Nosso. A interpretação que Teresa leva a cabo da oração central cristã é um comentário livre, com digreções contínuas de oração espontânea. A partir do capítulo 27 até o final de Caminho se estende o dito comentário. Porém sempre com longos parênteses e mesclas com o tema da oração em geral e suas variantes. Até o ponto de que a pessoa tem a sensação de que o dito comentário não passa de ser uma desculpa para falar com liberdade e prolongadamente do tema da oração, ou de outros temas, como a Eucaristia: o mesmo comentário ao pedido do “pão” se converte em uma desculpa para falar precisamente da Eucaristia (caps. 33-35 de Caminho).

5. Leitura existencial e efeitos

E é que Teresa dá testemunho em cada página por ela escrita. A certeza da fé que hoje alguns buscam, não se conserva mediante ideologias, formulações rígidas e normas precisas e estreitas, mas pela experiência da oração, da vida sacramental. Teresa, em vez de explicar, discutir ou esclarecer e compreender tudo, nos testemunha, anuncia, contagia, confessa, agradece o dom do amor de Deus, da verdade. Canta as misericórdias do Senhor com sua maneira de estar no mundo, de confessá-la pela conversão do coração (C. Kaufmann).

“Ela se põe a falar, não a esculpir máximas para a posteridade, porém o faz com uma voz tão fresca e feminina, que se impõe só pela beleza de seus conceitos e de suas emoções e o coração cresce na pessoa, se lhe abrem muitas portas que não sabiam que existiam. [...] Seus escritos surtem um efeito libertador. De repente, o mundo se converte em um meio, não em um fim, para crescer no amor, para ser mais e ter menos, para que a alma comece a voar incendida em amor e em alegria de viver para embelezá-lo. Por isso é uma santa alegre, como são suas carmelitas” (Jesus Cotta).

Precisamente, nos capítulos 36 ao 42 de Caminho (por onde discorrem temas como a honra, oração, tentações diversas...) vamos encontrar o que poderíamos chamar os feitos da contemplação. E entre todos os “efeitos”, o do perdão (cf. especialmente o capítulo 36) e a capacidade para perdoar, é sem dúvida o mais significativo, e sobre o que insistentemente Teresa volta.

O contemplativo pode ter outras “faltas e imperfeições”, porém, segundo nossa mística, nunca deve não perdoar, “com esta [falta] não vi nenhuma [pessoa contemplativa]”. E Teresa insiste mais adiante: o contemplativo deverá examinar com cuidado em si mesmo como esses efeitos vão aumentando; se não vir nenhum em si, deve temer muito e não acreditar que esses regalos venham de Deus. (C 36, 13).

Enfim, a verdadeira oração ou experiência mística se mede e autentica em seus efeitos. É esta a chave à que continuamente os místicos apelam. Pois, se dita experiência tem a ver com Deus, dirá Teresa, “não há o que temer; consigo traz humildade” (C 17, 3). E assim, “se o desejo fosse de Deus, não lhe teria feito mal, porque, nesse caso, traz consigo a luz, o discernimento e a medida” (C 19, 13). De Deus, que por sua própria natureza é amor e positividade pura, só pode vir positividade e amor, ou na lista aberta que Teresa nos deixou: humildade, luz, discrição, medida, afabilidade... E, antes de tudo, perdão. Sobretudo perdão. O mais divino de Deus. O mais humano do homem.



[1] Para este tema, nenhum estudo melhor que o de T. EGIDO, “ambiente histórico” em: Introducción a la lectura de Santa Teresa, Madrid, EDE, 2002, PP. 63-155. Não se deixe de ler a queixa apaixonada (e ressentida) de Teresa em defesa das mulheres, na primeira redação, CE 4, 1, autêntico “manifesto” de feminismo precoce, como acertadamente assinalou o mesmo Egido.